Les Falles o no les Falles
LES FALLES O NO LES FALLES
¿Vienes?
Es la imaginación la que ocupaba el pensamiento de los niños cuando no existía
nada que reemplazase los modernos juguetes.
¿Vienes a jugar?
Los instrumentos inservibles, trastos que ocupaban espacio en las casas eran
apartados a un lado. Eran propiedad de los niños antes de ir al barranco.
¿Para qué servirá?
Ahora voy a utilizarlo yo... ves cómo funciona?- La imitación del sonido, a la
vez que las formas del antiguo dueño, hacía la representación y la
participación de todos, dando origen a los juegos: Una expresión divertida, el
dialecto de la realidad.
Habría días de júbilo, donde todos reunidos compartíamos nuestra mayor afición
reír y hacer reír.
Pero otros días, donde el trabajo, o la enfermedad impedían la reunión, donde
una vez más se requería de imaginación para la suplantación del que faltaba.
La
escoba vieja y el vestido roto.
Bien conjuntado y atado a la cintura: El muñeco.
El muñeco que va a representar la figura deseada, con quién vamos a compartir
esas ilusiones que no tenemos.
La fiesta del pueblo.
Como quien forma parte de una magia escondida nos juntamos en unas fechas y
buscamos lo que sabemos gustará a mi amigo, a mi compadre, a mi hermano, a mi
hijo... Nos juntamos y visitamos todas las fincas de los vecinos recogiendo
trastos y haciéndolos desaparecer, desapareciendo con el fuego mezclándose con
el aire, la tierra... pero antes tenemos que hacer figuras que identifiquen a
sus antiguos dueños: el arado el brazo. La sierra, la mano mágica que todo lo
puede. Y todos juntos en un ninot, sabiendo ser partes de un mismo cuerpo, el
cuerpo del pueblo. Y lo vemos y nos gusta, nos atrae, divierte y una vez más
aprovechaos lo inservible en una encuentro que es el final de aquello que no
sirve, pero sirve para vernos una vez más.
Y al final, lo quemamos, lo mandamos al aire, porque no queremos que se pierda,
porque es el mejor sitio para que siempre permanezca. Está más escondido que
nunca, porque no hay nada más escondido que lo más evidente, ni nada más
presente que el recuerdo popular unido. Por eso lo quemamos y lo quemamos así:
Con diversión, con risa y con canto.
Txaro Pérez
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